sábado, 14 de agosto de 2010

Revelación, de Agustina Gatto

Un teatro donde la palabra es imagen

Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz


La soledad del espacio pampeano, la llanura poblada de sonidos e imágenes son una fuerte presencia en la construcción del espacio escenográfico de la puesta dirigida por Tatiana Sandoval. Con disposición cinematográfica juega con la estructura a cuadros o secuencias que enlazadas por la narración de los personajes recuerda a las instancias anteriores del relato del melodrama radiofónico, en que la voz en off del narrador, situaba al oyente en aquello que el relato de los diálogos, y la fuerza de los sonidos producidos en estudio, no alcanzaban a construir: Ella espera a (Juan), que se fue. Y le habla a Dios. Él llega a medianoche, armado, huyendo, buscando a su perro. Ahora están juntos. Una historia de amor singular es atravesada por el misterio de una ausencia de ribetes místicos y un retorno de drama policíaco. Los personajes, un hombre (Germán Rodríguez) y una mujer (Alejandra D’Agostino), sin nombres que buscan encontrarse en el silencio del espacio y que guardan recuerdos dolorosos de sus vidas, pero que hallarán en la tribulación su lugar común en el mundo. Un rancho perdido entre Dios y el universo de los otros, los prejuicios y las costumbres que se aceptan sin preguntas, es el principio de una trasgresión que une la religión y la existencia, con el dolor, la muerte y un futuro que se va construyendo en la precariedad de lo inasible. La crueldad de ese extranjero, de ese ser que atraviesa el límite de ella para buscar refugio pero que cae ante la seducción de lo extraño, salvaje por fidelidad a un recuerdo y su ruptura con el discurso aceptado. Maravillosas y crueles criaturas, a las que une el espanto y el desamparo, que se comunican mejor con lo inhóspito. El espectador es testigo del amor de una mujer no por un hombre concreto sino por su nombre, Juan, y también como ese amor se transfiere a una piel, a un olor, a una presencia otra, pero necesaria, “lo extraño” le confiesa ella al público. A modo de tríptico, la dramaturgia de Agustina Gatto, la dirección de Tatiana Sandoval y la escenografía de Ariel Vaccaro, como los tres paneles de un grabado le dan forman la obra. Así confluyen en la propuesta teatral: por un lado, la complejidad del texto dramático que encuentra su contrapunto en la economía de elementos del espacio ficcional, por otro; los colores cálidos aportan dinamismo a la puesta, como también las escenas de violencia que suceden en el espacio virtual. Un melodrama atravesado por la fragmentación, donde la semipenumbra permite acercarse a un final que sorpresivamente no termina en drama.


Ficha Técnica: Revelación de Agustina Gatto. Intérpretes: Alejandra D’Agostino, Germán Rodríguez. Dirección Tatiana Sandoval. Asistente de dirección: Ximena Bizcarte y Bárbara García Di Yorio. Música original: Guillermina Etkin. Escenografía: Ariel Vaccaro. Iluminación: Eduardo Pérez Winter y Adrián Grimozzi. Prensa: Claudia Mac Auliffe. Espacio: Teatro NoAvestruz.

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