sábado, 14 de agosto de 2010

De como el Sr Mockinpott consiguió liberarse de sus padecimientos (1968/2009) Farsa de Peter Weiss Compañía Quinto piso

¿Qué hice yo para merecer esto?

Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

Peter Weiss admiraba a Bertold Brecht, y coincidía con él en la funcionalidad del teatro como herramienta de reflexión socio-política. Utilizaba al igual que el autor alemán el distanciamiento para lograr que el espectador pueda percibir la crítica social que se le ofrece, al mismo tiempo que desestabilizarlo y llevarlo a una revisión de aquellos lugares comunes en los que descansan habitualmente las conciencias. Las instituciones sostén de la sociedad burguesa, son socavadas en sus obras, y enfrentadas a sus paradojas, mentiras, y crueldades. Las pantomimas obscenas y las risas de los bufones, el aspecto grotesco de sus personajes, le servían para producir el extrañamiento necesario. El grupo de la Compañía Quinto Piso, dirigido por Daniel Godoy, hace una 


lectura inteligente del texto de Weiss y apela a todos los recursos que la teatralidad le ofrece, para en juego dinámico y entretenido exponer la tragedia de un hombre encerrado en un laberinto de malentendidos casi kafkiano, donde va perdiendo todo lo que poseía, hasta su dignidad humana. La tesis que el texto y la puesta exponen con claridad, es la fragilidad del mundo que nos rodea para el que somos simples piezas inútiles de una maquinaria sangrienta y caníbal, individuos que sin motivo pueden y son expulsados, arrojados al margen de la sociedad que los produce ante la insensibilidad de todos, propios y ajenos. Los cuadros que se suceden conducidos por los dos personajes que ofician del bien y del mal, personajes narradores a la manera brechtiana, desarrollan las vicisitudes por las que atraviesa el sujeto Mockinpott (Darío Bonhuer) en ese camino de aprendizaje que va desde su llegada a la cárcel por error, y el descubrimiento, una vez fuera de ella, del abandono en que está sumergido. El humor, lo grotesco, lo siniestro, la bufonada cruel, construye para el protagonista un universo otro, que lo atrapa y del cual busca salir con precarias herramientas. El eje formal es la deconstrucción de los códigos teatrales vigentes. La fragmentación y el ritmo escénico producen un efecto disonante, que deja al descubierto la textura “artificial” del hecho teatral. El grupo presenta un excelente trabajo con el cuerpo, cuerpos que son el signo dramático principal en la producción de sentidos en esta obra. Plasticidad corporal que descompone al personaje y pone en escena la animalización o la mecanización –donde cada cuerpo es un engranaje de la máquina. Este lenguaje corporal no está subordinado al lenguaje verbal, sino que –por el contrario- confluyen paralelamente y mediante la armonización de los movimientos escénico, tejen con simplicidad la trama, exponiendo al espectador, el vía crucis de un personaje que en su individualidad nos involucra a todos. El ritmo es vertiginoso, además de lo corporal, en tanto lo vocal por la rima de los versos, la música en vivo y la utilización de los objetos que van produciendo distintos significados. Así cada uno de los recursos utilizados participa en el ritmo escénico global y le confiere un particular estilo a Mokinpott: irrupciones, rupturas, fragmentación que son el medio para el distanciamiento brechtiano. No hay una perspectiva univoca, obviamente, sino que el espectador debe reconstruir esos sentidos en una relación dialéctica. Desde el escenario, la Compañía Teatral Quinto Piso ofrece un espectáculo sin fisuras que da cuenta de un proceso teatral intenso.


Ficha Técnica: Darío Bonheur (Mockinpott), Anibal Brito (Pepino), Tomás Buccella (Alguacil, Patrono, Bedel), Leandro Cóccaro (Ángel, Doctor), Carola Frank (La Mujer, Enfermera), Marcelo Gamarra (Abogado, Ser Supremo), Ana Laura José (Ángel, Enfermera), Julián Lastra (El Rival, Camillero, Figura de Gobierno, Ascensorista), Manuel Murillo (Carcelero, Camillero, Figura de Gobierno), Macarena Riesco (Figura de Gobierno). Música Original: Leandro Bisogno. Escenografía: Gabriel Sosa, Leandro Cóccaro, Daniel Godoy. Maquillaje: Loli Angeletti, Belén Anseloni, Vestuario: Daniel Godoy. Diseño de Iluminación: Daniel Godoy, Manuel Rincón. Diseño Gráfico: Aníbal Brito, Francisco Martínez. Asistencia General: Franco Toscazo. Dirección y Puesta en Escena: Daniel Godoy. Teatro Liberarte (CABA)

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